lunes, 8 de junio de 2015

Me toca a mí.

No son pocos los que me han preguntado por qué. Por qué me voy tan lejos, por qué los Países Bajos, por qué no quedarme aquí. A todos les respondo lo mismo, no soy la clase de persona que quiere vivir de sus padres. Toda la vida he visto cómo mis padres han hecho los mayores esfuerzos para darnos la mejor educación, los mejores colegios, las mejores clases de inglés, el apoyo extraescolar necesario y un largo etc. Además, cuando hemos necesitado algo, no han escatimado en gastos para que sólo nos centráramos en estudiar.
Después de ver ese sacrificio, no puedo pedirles que asuman más gastos, aunque sería muy cómodo y fácil, para qué negarlo. Sería perfectamente sencillo tomarme un año sabático, otra vez, o en su defecto, pedirles que me paguen la matricula de un máster con sus correspondientes gastos de estudiar en una ciudad que no es la tuya. De verdad, que sería cojonudo.
Pero no soy así. Tras trabajar toda la vida, no tengo el valor de pedirles que hagan ese esfuerzo, no lo tengo y no lo quiero tener. Les toca disfrutar de la vida, y a mi empezar a construir la mía.

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